El empaque debía de ser sencillo y práctico, ya que el chocolate se empaca a mano en la cocina del palenque. Quise crear un patrón alegre y fresco, que fuera con la personalidad de la marca, pero que también representara un poco de la vida en Matatlán. Este es un proyecto al que le tengo gran cariño, ya que Doña María es una de mis personas favoritas en este mundo, este diseño es un homenaje a ella y a la Pura Gozadera.