"Fósforo es Héspero"

El título de la obra alude a la Filosofía del lenguaje de Gottlob Frege; en la antigüedad existían dos figuras importantes en la mitología griega en relación al amanecer y atardecer: la titanide Eos dio a luz a Fósforo (el lucero del amanecer) y Héspero (el lucero vespertino). Estas figuras mitológicas, según los griegos, aparecían en una determinada hora y momento del día. 

Tuvieron que pasar muchos años para descubrir que Fósforo y Héspero eran en realidad el mismo punto brillante. Pero también se descubrió algo fascinante: ese punto brillante en realidad es Venus, por lo que no sólo Fósforo es Héspero, sino que también ambos son Venus; es maravilloso entender cómo no sólo añadimos informatividad a este fenómeno, sino que también vemos como denotamos las mismas cosas, pero con diferente sentido.

De todos modos, la correferenciabilidad es arbitraria, es decir, el conocimiento no es genuino: el planeta Venus en su momento fue descubierto y se le asignó ese nombre, pero pudo haberse llamado de otra manera, y en relación a la teoría fregeana del lenguaje, ya no hablamos de referir a las cosas sino tan sólo el modo de designarlas; Venus es correferenciable con Fósforo y Héspero o con cualquier otro nombre/descripción definida gracias a la arbitrariedad dada en el lenguaje.