VIDA COTIDIANA
OMAIRA
El trabajo de guarda de seguridad es uno de los más importantes y sacrificados de mayor riesgo, con largas jornadas diurnas y nocturnas.
Muy cercanos a las familias, porque son los vigilantes los que nos saludan cada vez que llegamos a nuestro hogar y también los que nos despiden, cuando salimos.
Son ellos los que están a cargo de la seguridad de nuestras familias, son quienes reciben nuestras encomiendas y también los encargados de alertar a las autoridades cuando se presenta alguna emergencia.
6:30 a.m.  Omaira inicia su jornada laboral con optimismo, para brindarnos protección las 24 horas del día de ser necesario.
Ella diariamente  atiende a los residentes, registrando por escrito en su bitácora de seguridad, todos los incidentes acontecidos en su turno de trabajo.
Distribuye con diligencia las facturas y documentos, manteniendo buena relación y respeto con los residentes.

Omaira revisa y patrulla el área, para detectar actividades sospechosas y luego entrega el informe a su compañero de turno. 
Con amabilidad y diligencia, recibe en la horas de la tarde el regreso a casa de los residentes.
Realiza diariamente el conteo de las bicicletas, para prevenir robos, vandalismo y la violación de propiedad privada.
La bicicleta el medio de transporte que Omaira utiliza a diario, para regresar con alegría a reencontrase, con su esposo e hija, después de una larga jornada.
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