Investigación
La leyenda de Fura y Tena hace parte del patrimonio cultural de la zona de explotación de esmeraldas de Colombia y las dos montañas que los representan con 840 mt (Tena) y 500 mt (Fura) de altura, sobre el rio Minero Guaquimay, Carare o Zarbi como lo describe la leyenda y que los divide en dos, son un orgullo y una muestra de la riqueza natural de la región conformada por un bosque nativo de una impresionante variedad silvestre entre las que se destacan las 3000 variedades de mariposas que también hacen parte de la historia en la que destacan la mariposa Morpho con su bello color azul. Estas montañas fueron lugar de culto de los indios Muzos, considerado asiento de sus dioses y altar de sacrificios.
La Leyenda
Nos cuenta cómo el dios Are, creó dos seres humanos; Tena (Hombre) y Fura (Mujer). Are les anunció que su vida sería feliz, que no conocerían dolor, ni enfermedad, ni muerte… si se respetaban y se eran siempre fieles.
Un día apareció un joven llamado Zarbi, quién en busca de una joya misteriosa pidió ayuda a Fura para poder encontrarla, en esta búsqueda, Fura termina seduciendo al joven Zarbi, a lo cuál rompiendo el acuerdo que les había dado el dios Are, Fura pierde su inmortalidad y envejece. Al regresar con Tena, este se percata de lo sucedido y con pena moral decide acabar con su vida.
Desconsalada por la pérdida de Tena, Fura se lamentó por siglos, brotando de sus gritos mariposas y de sus lágrimas montañas de esmeralda. Pero la triste suerte de Fura y Tena conmovió el corazón de Are que los perdonó, poniéndoles a vigilar los sagrados peñones, una guardia permanente de tempestades, de rayos y serpientes y permitiendo que sean siempre las aguas del rio minero, sangre de Zarbi, las que descubran, clarifiquen, laven y abrillanten las esmeraldas de Muzo.
Desconsalada por la pérdida de Tena, Fura se lamentó por siglos, brotando de sus gritos mariposas y de sus lágrimas montañas de esmeralda. Pero la triste suerte de Fura y Tena conmovió el corazón de Are que los perdonó, poniéndoles a vigilar los sagrados peñones, una guardia permanente de tempestades, de rayos y serpientes y permitiendo que sean siempre las aguas del rio minero, sangre de Zarbi, las que descubran, clarifiquen, laven y abrillanten las esmeraldas de Muzo.
Por eso y desde entonces los Muzos tienen, además de su gran templo en el bífido peñón de Fura-Tena, las más ricas minas de esmeraldas, las más venenosas serpientes y las más bellas mariposas.
Textos tomados de:
Alcaldía de Muzo
Alcaldía de Muzo
